Desde diciembre de 2024 hasta la fecha, el precio de la nafta súper ha aumentado un 12,5%. Sin embargo, según De Paoli, esto se encuentra dentro del rango previsto a inicios de 2025, cuando proyectó una suba anual de aproximadamente el 25%. Este pronóstico está en línea con las variables macroeconómicas nacionales y el comportamiento del precio internacional del barril de petróleo, hoy cercano a los 67 dólares.
Uno de los cambios más relevantes en el sector tiene que ver con el modelo de fijación de precios. "Antes se tomaba una foto del barril y del tipo de cambio a fin de mes; ahora, los precios pueden cambiar en cualquier momento", explicó De Paoli. Este nuevo esquema, impulsado principalmente por YPF, incluye estrategias comerciales como descuentos por horario y el fomento del autoservicio, lo que introduce una mayor flexibilidad —y volatilidad— al sistema.
A pesar de la inestabilidad, De Paoli remarcó que el fenómeno no es exclusivo de Argentina. “El mercado global del petróleo es volátil por naturaleza”, afirmó. Sin embargo, subrayó un aspecto esperanzador: las inversiones en Vaca Muerta están consolidando al país como un actor energético relevante. "Argentina está camino a convertirse en un país superavitario en energía, con capacidad de exportación. Es una gallina de los huevos de oro para el crecimiento del PBI", afirmó.
De cara al futuro, si el barril se mantiene en torno a los 70 dólares, De Paoli anticipa que los precios podrían mantenerse estables o registrar aumentos marginales del 1% al 2%. No obstante, aclaró que el dólar sigue siendo el factor determinante: "La relación peso-dólar seguirá marcando la evolución de los precios".
Para cerrar, el analista planteó una mirada a largo plazo: espera que para 2026 la inflación energética pueda reducirse a cifras más controladas, idealmente por debajo del 10%, si la economía local y global acompañan.