Entre los fundamentos para salir decididamente a los mercados internacionales para vender activos ambientales, el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, recordó que Misiones es la provincia que más leyes ambientales provinciales y con aportes o transferencia a la Nación, ha hecho en 20 años. Desde la creación del ministerio de Ecología hasta la creación del ministerio de Cambio Climático, recientemente, pasando por la ley de protección del agua, del acuífero, de la protección de los ríos como patrimonios naturales.
El presidente de la Legislatura destacó que Misiones es la fábrica de oxígeno más grande del país, con clara posibilidad de exportación, y captación de carbono.
Los beneficios que lleguen a Misiones mediante el ingreso al mercado mundial de bonos verdes se utilizarán en el impulso a la economía del conocimiento, el desarrollo de la educación de vanguardia en todos sus niveles, fortaleciendo la robótica, el Silicon Misiones, el Polo Tic que tiene más de mil chicos capacitándose como programadores internacionales, la secundaria de innovación y otros emergentes que son herramientas de formación de los jóvenes para que logren la mejor preparación.
Los bonos de carbono son una forma reconocida internacionalmente para la gestión de las emisiones de carbono de las organizaciones. Este es un certificado comercializable que representa la eliminación de una tonelada de emisiones de dióxido de carbono equivalente (TnCO2eq).
Las empresas suelen recurrir a estos bonos cuando quieren convertirse en «carbono neutral», lo que significa que buscan tener un balance neto de emisiones igual a cero, emitiendo la misma cantidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de los que compensa.
Misiones va a intervenir en ese proceso, monetizando los servicios ambientales que su selva presta al mundo y, al vender créditos de carbono, se estima que va a poder obtener una remuneración de hasta US$ 200 millones anuales.