Este avance es el resultado de una planificación sostenida en infraestructura y navegación, que incluyó tareas de dragado y puesta a punto sin depender de recursos nacionales. La terminal, con aduana propia y servicios integrados, se consolida como un hub logístico para el norte argentino, y como ejemplo de cómo una visión de desarrollo regional puede traducirse en resultados concretos.
Actualmente, el puerto ya trabaja con MSC y se analizan nuevas incorporaciones como ONE, CMA CGM y Evergreen. Según Ricardo Babiak, administrador portuario, el desafío ahora es escalar la capacidad de bodega para acompañar la creciente demanda.
Uno de los hitos recientes fue la habilitación del depósito fiscal, que permite a pequeños y medianos exportadores consolidar carga sin salir de la provincia. Este tipo de servicios posiciona a la terminal como una herramienta clave para mejorar la competitividad y dar acceso a mercados internacionales a más actores del entramado productivo regional.
El ingreso de Maersk no sólo valida el camino recorrido, sino que también abre una nueva etapa en la que el norte argentino puede posicionarse con mayor peso en el comercio global.