El emprendimiento, construido con fondos propios, (que es un orgullo para sus dueños), es un sistema totalmente indoor, sin uso de tierra, que permite un control total de la calidad, que despertó elogios, incluso de expertos de Atenas, líderes mundiales en la industria del cannabis.
La planta produce un grado pharma, que es un fármaco medicinal, generando cannabis medicinal al 100%, al ser todo mediante el método de hidroponía, se optimiza mucho la producción al ser los tiempos mucho más cortos.
La primera cosecha, prevista para fines de diciembre, se destinará a exportaciones a España y San Marino, aunque laboratorios nacionales también han comenzado a mostrar interés. “El cannabis medicinal tiene un enorme futuro. Existe mucho tabú al respecto, pero este proyecto busca demostrar su potencial como herramienta de salud”, subrayó Augusto.
La planta tiene una capacidad de producción de alrededor de 40 kilos cada dos meses, por salas, con ciclos que se van cortando y escalonando. Los pro de este tipo de sistema productivo, son los que permite alcanzar la máxima calidad, en tanto que algunos de los contra están vinculados a la demanda estricta en cuanto a higiene y cuidado.
Augusto también remarcó el esfuerzo detrás de la iniciativa: “Es una inversión grande, pero creemos que vale la pena apostar por algo tan prometedor, tanto para la salud como para el desarrollo económico del Chaco”.