En una primera etapa, que se estima comenzaría el 15 de marzo de 2018, se desplazaría el umbral con la pista operativa, es decir el aeropuerto abierto, y se trabajará primero en 990 metros en pista, de modo tal que en la longitud disponible los aviones podrán girar hasta ahí y entrar a la plataforma. Esos trabajos duran 30 días.
El 15 de abril se cerraría el aeropuerto para intervenir la parte central de la pista, la segunda calle de rodaje y la primera etapa de ampliación de plataforma. Luego, en la última etapa, con el aeropuerto nuevamente operativo, se llevaría a cabo una ampliación de plataforma nuevamente.
Serían dos etapas porque hay que reubicar combustible y hay otras particularidades por las cuales no se estaría interviniendo todas las calles de rodaje en simultáneo, que es por donde deben circular las autobombas, sin las cuales el aeropuerto no podría estar operativo.
A partir del momento que se deba cerrar el aeropuerto para concretar las obras, los vuelos se reprogramarán a Foz de Iguazú, con una operatoria previamente acordada donde intervendrían micros custodiados para el traslado de pasajeros y equipaje.
Una vez culminadas las obras, en cuanto a ampliaciones, cabe mencionar que el sector de plataforma pasaría de los 9.000 a 15.000 metros cuadrados. La estación contará con pista y rodajes nuevos, plataformas reconstruidas, parking ampliado y optimización de los espacios.
El Aeropuerto de Iguazú se convertirá así en un gran atractivo turístico, que contará además con una confitería donde se incorporará mucho verde, lo que pretende es que el pasajero sienta que está Cataratas ni bien entre en la terminal.