Con excelentes rindes, al norte de Gancedo, Daniel Kempe cerró su cosecha de los lotes convirtiéndose en una campaña histórica para la zona.
El departamento con mayor cantidad de hectáreas sembradas y cosechadas hasta la semana pasada, es el Mayor Luis Fontana, con 32.000 hectáreas implantadas y unas 18.000 cosechadas.
El segundo es el Fray Justo Santa María de Oro con 25.000 hectáreas sembradas y 13.000 cosechadas, y en tercer lugar, el Departamento Maipú con 19.000 hectáreas sembradas y lleva ya cosechadas unas 15.000.
“Hay rindes extraordinarios en la zona de Gancedo, y no sería extraño decir que en algunos lotes, hasta lograron cosechar 6 mil kilos por hectárea, algo histórico”, dijo un técnico del sector privado a Norte Rural, luego de recorrer la zona.
Si bien no pueden generalizarse estos rindes, dado que en zonas algodoneras como Villa Angela y San Bernardo, la sequía golpeó con intensidad y se lograron bajos rendimientos, hay otras zonas donde la cosecha está marcando optimismo en quienes apostaron al algodón.
Al norte de Avia Terai, el productor Sebastián Pinczuk obtuvo muy buenos rindes y sigue en plena cosecha de algodón.
En la campaña anterior, para cumplir con los compromisos vendimos con precios muy inferiores. Los precios actuales siguen siendo atractivos. Creo que es el cultivo más rentable al tener un rinde de indiferencia accesible”, dijo Ernesto Iván, productor de La Tigra.
A 20 kilómetros al norte de Gancedo, Daniel Keme junto a su suegro Eduardo Giraudo lograron llegar a fin de una campaña algodonera 2020/2021 con un excelente rinde por hectárea de algodón.
La variedad utilizada es DP 1238 BGRR, sembrada a 76 centímetros lográndose 11 plantas por metro.
Con un régimen de lluvias que si bien no fue de lo mejor, “la calidad de la semilla y la bondad de tener napas altas y buenas nos permitió llegar a estas instancias”, comentó mientras cerraba una jornada de domingo a pleno sol y con buenos resultados en rindes.
Kempe no quiere hablar públicamente de los rindes alcanzados porque considera que “resulta odioso, cuando hay otros colegas productores que han tenido muy bajos rindes por la sequía”, dice. Sin embargo, podemos decir que los rindes más bajos fueron de 3.500 kilos por hectárea y los máximos, habrían sido superiores a los 5.000.
Los productores Kempe y Giraudo comenzaron a sembrar los lotes el 10 de noviembre y los días subsiguientes. Luego de esa fecha llegaron a esa zona buenas lluvias, pero después hubo períodos sin precipitaciones, es decir, casi todo enero y febrero.
Los lotes a pesar de la falta de lluvias se fueron desarrollando de manera óptima, dado la bondad de las napas y eso hizo que no se secaran ni las hojas y tampoco las bochas sufrieran decaimiento. Se agrega a esto que no hubo presencia del picudo del algodonero en la zona.