El nuevo sistema busca fortalecer la transparencia electoral y reducir irregularidades, eliminando la distribución partidaria de boletas y el histórico problema del robo o extravío de papeletas. “El ciudadano recibirá una sola boleta firmada por la autoridad de mesa y votará detrás de un biombo, garantizando el secreto y la seguridad del voto”, explicó la jueza federal Zunilda Niremperger, quien destacó también la eficiencia que aportará el nuevo mecanismo en términos de reducción de costos y simplificación del recuento.
Desde el ámbito político, figuras como el subsecretario de Asuntos Políticos del Chaco y diputado electo Julio Ferro, y la subsecretaria de Trabajo, Noel Ibarra, coincidieron en la importancia de capacitar a la ciudadanía ante este cambio estructural. Ferro subrayó la necesidad de preparar tanto a votantes como a militantes en un contexto de cronograma ajustado, mientras que Ibarra remarcó el compromiso de los actores locales en garantizar una transición ordenada y participativa.
Más allá del aspecto técnico, el modelo de boleta única representa un paso relevante hacia un proceso electoral más moderno, eficiente y confiable, en línea con los estándares que exigen inversores, ciudadanos y analistas en materia de institucionalidad. La implementación de esta herramienta será observada de cerca por otros distritos como posible antecedente para futuras reformas a nivel nacional.
Con un fuerte respaldo político y operativo, la experiencia del Chaco podría consolidarse como un caso testigo sobre cómo mejorar los mecanismos democráticos desde una perspectiva de gestión pública eficiente, seguridad jurídica y transparencia, valores clave también para la estabilidad y previsibilidad en el ámbito económico.