La iniciativa se desarrolló como parte del Programa de Mejoras en Hospitales y Centros de Salud, del Banco Galicia. Una estrategia que esta institución lleva adelante desde 2008 en distintas provincias del país. En esta ocasión, la intervención surgió a partir de un relevamiento realizado por su sucursal en Chaco, que permitió identificar las necesidades más urgentes del hospital y coordinar acciones junto a las autoridades provinciales.
El aporte incluyó la entrega de más de 30 dispositivos e instrumentos médicos, entre ellos: bombas de infusión, electrocardiógrafo, equipamiento ginecológico, heladeras para medicamentos, oxímetros, estetoscopios, tensiómetros, termómetros, camillas y aspiradores portátiles. Todo el equipamiento fue seleccionado para fortalecer el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de pacientes pediátricos.
Durante el acto de entrega participaron autoridades hospitalarias y representantes de la entidad financiera. La Dra. Vanina Livio, jefa del Servicio de Hemato-Oncología, destacó el valor del aporte: “Estos insumos mejoran el desempeño del equipo médico y nos permiten garantizar el tratamiento de niños y niñas que atendemos en el hospital”.
Por su parte, Leandro Campos, gerente de la sucursal Chaco de la entidad, remarcó la importancia de la cooperación entre sectores: “Este programa nos permite reforzar las capacidades del sistema de salud en cada localidad donde estamos presentes, con una estrategia de impacto territorial basada en necesidades reales”.
Desde su lanzamiento, el programa ya alcanzó a 226 hospitales públicos en 23 provincias, beneficiando directamente a más de 17 millones de personas. La iniciativa tiene un fuerte foco en regiones con altos niveles de necesidades básicas insatisfechas y se apoya en una red de trabajo colaborativo entre sucursales locales, autoridades sanitarias, gobiernos provinciales y organizaciones aliadas como la Asociación Civil Surcos.
La propuesta se enmarca en una estrategia más amplia de responsabilidad social empresarial, donde el sector privado asume un rol activo en el desarrollo territorial, fortaleciendo áreas críticas como la salud, la educación y la infraestructura comunitaria.