El Grupo de Investigación, Desarrollo y Transferencia de Energías Sustentables y del Medio Ambiente (Giesma) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Unne, lleva adelante este proyecto de transferencia de tecnología al medio.
Proponen en primer lugar, determinar las propiedades físicas-mecánicas de ladrillos elaborados con polietileno-tereftalato combinado con otros residuos reciclables (papel metalizado, cartón y plásticos de distintas densidades). Los parámetros obtenidos no tienen otro objetivo que verificar que se ajusten a las normas IRAM 11.601 y 11.556.
Con la información obtenida, el grupo tendrá elementos para analizar la factibilidad de usar los ladrillos elaborados usando materiales reciclables como el plástico en la construcción, en reemplazo del ladrillo común comercial. El proyecto está dirigido por la doctora Noemí Sogari y lo integran el licenciado Eduardo Ricciardi, el ingeniero Carlos Merino, los profesores Gustavo Lasala y Griselda Medina; los estudiantes Vanesa Sotelo, Laura Ndure y Erika Alarcón. También participa un funcionario de la Municipalidad de la ciudad de Corrientes, Oscar Silva, vicedirector de Gestión de Residuos Diferenciados de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
¿Cómo fabrican los ecoladrillos los investigadores del Giesma? El procedimiento es similar al ladrillo de hormigón. Las botellas seleccionadas son trituradas (gentileza de la empresa ECOQUIRU), se mezclan con cemento y se vuelcan en un molde donde se compacta de forma manual. Una vez desmoldado el ladrillo se deja secar. En estas condiciones se inician los análisis en el laboratorio para determinar las propiedades físico-mecánicas. El plástico no requiere ser lavado por lo que también en el proceso de producción se ahorra agua.
Los beneficios que se obtendrían serían en el aspecto ecológico: disminuirá la contaminación ambiental, reciclando las botellas PET y otros elementos como cartón, papel metalizado, etc. En el aspecto económico: los ecoladrillos harán más accesibles los costos de construcción y en el aspecto social: puede ser una solución para una población de menores recursos. Por otro lado, hacer que la tecnología desarrollada sea asequible y relativamente barata para que pueda ser multiplicada en la zona.
Si bien, en el campo de la gestión de residuos sólidos existe una amplia bibliografía internacional, en la región NEA son pocas las experiencias de gestión ambiental adecuada de residuos sólidos y mínima la información sistematizada y publicada. El crecimiento acelerado del volumen de los residuos en la sociedad actual pone en peligro la capacidad de la naturaleza para mantener las necesidades actuales y las de futuras generaciones.
Las botellas polietileno-tereftalato tardan 500 años en degradarse completamente. Una alternativa para evitar el alto impacto negativo que implica abandonar las botellas en las vías públicas es “reciclar” transformándolas en ladrillos que podrían utilizarse en la construcción de viviendas.