En los últimos meses, la Fundación Urunday trabaja arduamente en la organización de la Bienal Internacional de Escultura 2024 y en el último tramo del proyecto del calco David de Miguel Angel para cumplir el último desvelo de Fabriciano. El próximo 6 de marzo -Día Internacional del Escultor-, la prestigiosa institución cultural ratifica que Resistencia es un faro cultural del nordeste al realizar por primera vez el anuncio nacional del certamen desde la capital chaqueña y también inaugurando el ícono de la escultórica universal en el corazón del Museum.
Josese Eidman -presidente de la Fundación Urunday- señala: “Debe destacarse el esfuerzo mancomunado de gestores, artistas, académicos y profesionales que dejan su huella en el principal objetivo de la Fundación Urunday: “Hacer del arte un bien de todos” y el valioso acompañamiento de los periodistas y medios de comunicación que hacen trascender nuestra identidad”.
La Fundación Urunday realizó el primer concurso de escultura al aire libre, en 1988, en la plaza central de Resistencia; una idea que trajo el maestro Fabriciano de su experiencia en Europa. Desde el inicio, el proyecto fue posible por el acompañamiento de amigos que confiaron en la intuitiva gesta de Fabriciano y empresarios que apostaron a la idea de compartir el nacimiento de una escultura frente a los ojos de una ciudadanía expectante. Con los años, la Bienal del Chaco se consolidó como organización, trascendió las fronteras y se posicionó como una de las mejores del mundo del circuito escultórico.
El mismo encantamiento se repitió desde que se anunció la realización del calco de David, obra cumbre de Miguel Ángel y símbolo de la escultura universal. En el tramo final, el más difícil y comprometido para cumplir con el último plazo posible, se destacan la participación de las empresas que asumieron la realización del emplazamiento del coloso en el predio que el próximo julio recibirá a los escultores del mundo.
Andrés Palacios -titular de Palacios Hermanos- afirma: “La vinculación con la Fundación Urunday viene de la mano de Fabriciano; luego, en esta nueva gestión, con Josese Eidman fue fácil vincularnos con su nueva energía. Somos una empresa que nos interesa participar, muy relacionada con la cultura y también con responsabilidad social. Uno de nuestros roles principales es integrar, siempre es bueno que haya un camino que se pueda transitar y que ese camino termine en algo positivo y que la gente lo reconozca. Todos necesitamos ir hacia un lugar y cuando hay una estructura como la Fundación Urunday los caminos por recorrer se transitan de manera más accesible. Todos los actores sociales son sustanciales, desde el vecino que puede cuidar una escultura hasta una empresa, como la nuestra, que puede colaborar con la instalación de una obra tan importante”, reflexiona el empresario.
Fernando Barrios -titular de Basa junto a Sebastián Sanchez- comenta: “La relación que tenemos con Fundación Urunday viene de hace unos cuantos años, todavía estaba Fabriciano, y en su momento nos nombró guardianes de las esculturas. Fue un lindo reconocimiento. Y ahora, cuando había que emplazar esta obra, Josese me llama para ver cómo se podían gestionar fondos por la vía privada. Entonces nos involucramos, aprovechando la confianza que tenemos en el proyecto propusimos reformularlo técnicamente para poder adaptarlo a los costos. Hicimos ese trabajo, junto con la gente de la Facultad de Ingeniería y Marcos Scotta de Estudio Trazzo. Nos entusiasmamos con el proyecto rápidamente porque coincidimos tanto en valores como en esta idea que tenemos de aportar a la ciudad y provincia para la posteridad. Nos pusimos a trabajar, comprometimos recursos de la empresa con conocimiento técnico y algo de gestión para conseguir el aporte de otras empresas como Ferrancini Sanz, Retak y Qubo que pusieron algunos materiales, todo eso sumado a la gestión de Fundación Urunday con las empresas de Hierros Líder y Bertonccini”, menciona el joven empresario.