Según Alemán, el 2025 comenzó con más de 350 empresas registradas en actividad, pero hoy apenas entre 25 y 30 están en condiciones de trabajar. Y ni siquiera todas ellas están operativas. La caída no afecta únicamente a las firmas constructoras, sino que impacta de lleno en una red de alrededor de 40.000 pequeñas y medianas empresas vinculadas directa o indirectamente a la obra pública y privada.
“La situación es muy compleja. Hay algunos que miran una realidad que no es. El optimismo hoy es casi una cuestión religiosa porque no hay un solo índice que nos permita ver alguna luz, ni siquiera una penumbra”, afirmó Alemán, en declaraciones a La Mañana de Natagalá.
Uno de los factores más críticos es el freno total de la infraestructura vial. El cierre de Vialidad Nacional, que ya venía funcionando con un presupuesto reducido desde hace más de un año, terminó por abandonar rutas troncales estratégicas para la conectividad regional. Al mismo tiempo, el Instituto de Vivienda del Chaco, que dispone de un equipo técnico consolidado, no licitó ninguna obra habitacional en lo que va del año, lo que agrava aún más el cuadro de parálisis.
La crisis también se ve reflejada en el encarecimiento extremo de los costos. El metro cuadrado pasó de costar alrededor de 800 dólares a casi 2.000 en pocos meses, lo que hace inviable cualquier proyecto de inversión, tanto pública como privada. En paralelo, los corralones de materiales sufren una caída de entre el 30% y el 50% en sus ventas, y sobreviven únicamente con operaciones de mostrador.
En este contexto, las declaraciones de Alemán contrastan fuertemente con la visión más optimista expresada por Ariel Ledesma, secretario general de la UOCRA Chaco, quien habló en Diario Norte de un "repunte" gracias al impulso de algunas obras privadas y proyectos públicos aislados, como la pavimentación de la ruta provincial 13 o la construcción de parques solares. Para el titular de la Cámara de Constructoras, sin embargo, estas iniciativas son claramente insuficientes para revertir una tendencia de contracción profunda y sostenida.
“Hoy la obra pública, como motor de desarrollo regional y generador de empleo, está completamente apagada”, remarcó Alemán. Y con ella, también lo están miles de empresas y familias chaqueñas que dependen de su reactivación.