En el marco de Agronea Pampa 2025, Gabriel Carnevale, representante de la consignataria Colombo y Colombo, participó del panel “¿Es rentable producir carne en Argentina?”, donde destacó el crecimiento sostenido de la carne chaqueña en los mercados nacionales e internacionales, al tiempo que alertó sobre el desafío estructural que enfrenta el sector: el acceso al capital para sostener e incrementar la producción.
“La carne del Chaco cada vez es más buscada. No solo en Argentina, sino también en el exterior, con exportaciones que siguen creciendo”, afirmó Carnevale, al poner en valor la trazabilidad y calidad del producto local.
Durante su exposición, describió con precisión las condiciones únicas del sistema productivo chaqueño: “Una vaca chaqueña toma en promedio 2.500 horas de sol, crece en el monte, se alimenta de pasto natural y agua de lluvia. Eso la convierte en una carne prácticamente orgánica, con bajo nivel de estrés y un sabor único”.
Este perfil de producción (sin feedlots intensivos y con alimentación natural) le otorga a la carne chaqueña un diferencial de mercado, alineado con tendencias globales de consumo más saludable y sustentable.
Carnevale también abordó la evolución del consumo, con una analogía particular: “Antes se decía que la gente comía más carne, pero vivía menos años. Hoy, aunque el consumo anual individual pueda parecer menor, como la expectativa de vida es mayor, el consumo acumulado es más alto. Por eso la demanda de carne seguirá creciendo”.
Esta perspectiva refuerza el horizonte optimista para el sector cárnico, tanto en el mercado interno como en las exportaciones, donde la carne argentina continúa siendo altamente valorada.
Pese a las oportunidades, el sector enfrenta un obstáculo crítico: la falta de acceso al financiamiento adecuado.
“No es lo mismo financiar mil bolsas de maíz que comprar mil vacas. La inversión necesaria en infraestructura, genética e instalaciones es muy alta, y eso frena la expansión de la ganadería”, remarcó Carnevale.
La advertencia apunta a la necesidad de diseñar esquemas de crédito específicos para el sector ganadero, que permitan acompañar el crecimiento de la demanda con una mayor capacidad productiva.