La torre está ubicada en el centro equidistante entre dos cauces de un mismo río, permitiendo en cada piso una visión de 360 grados que se elevará hasta el séptimo con altura de 22 metros, siendo su parte más elevada de 23,50 metros.
Rubel dialogó con ArgentinaForestal.com sobre el proceso que llevó lograr “convencer” a la ejecución de la torre en madera y hacerlo realidad.
“En la Argentina hay que romper con paradigmas sobre el uso de la madera en la construcción, hay que romper con los prejuicios, hay que mostrar el valor agregado y el desarrollo tecnológico que ha logrado la industria de la madera. Hay que creer en la materia prima que tenemos. Y qué mejor que hacer una obra que permita a todo quien quiera disfrutar de este espacio pensado para el turismo, el bienestar, la recreación y el disfrute de la naturaleza, que vincule a la madera con todos sus sentidos”, dijo Rubel, demostrando su pasión y entusiasmo por el proyecto.
Relató que esta iniciativa surgió hace varios años, ya que Rubel vivía en la zona de Gualeguachú, y tras realizar un vuelo aéreo para el desarrollo de un proyecto quedó impactado con la vista de arriba del paisaje espectacular que se aprecia a diferentes alturas. Desde entonces, presentó su proyecto a varias gestiones, y finalmente logró ser escuchado por el intendente actual.
La diferencia de altura de cada piso de la torre permite tener una perspectiva diferente de la naturaleza, es otra visión de disfrute, según la hora, el clima, el amanecer o atardecer, todo da otra visión en cada nivel. Con ese concepto, nace esta idea de torre en madera, que tendrá balcones, que cuenta con un catalejo a mil metros para que puedan disfrutar de la observación de aves. Es una propuesta diferente a lo convencional.
“Esperamos sea una obra emblemática, primero, por ser la torre más alta construida en madera, no hay antecedentes al respecto en el país; segundo, por ser una obra pública que permite el acceso libre a todo el mundo, y tercero, que sirva como vidriera del uso de la madera en la construcción. Es una obra que había que hacerla, desde hace 20 años insisto con el municipio en desarrollar esta propuesta. Tanto insistí, que finalmente logré hacerlo”, expresó Rubel.
Recordemos que Gualeguaychú tiene una historia de resistencia a la forestación y la industria de la madera, a partir del conflicto que se generó con Fray Bentos, Uruguay, por la instalación de la planta de celulosa Botnia, hoy UPM.
Dar vuelta la página, con convicción y pasión por lo que se hace en la industria de la madera, basados en la experiencia y los conocimientos adquiridos por grandes maestros de la arquitectura y la construcción, es lo que propone Rubel: cambiar el paradigma de la madera vinculada sólo a la vivienda social o cajones de manzana. Hay que avanzar en la construcción moderna, sostenible y del futuro con más madera.