Cuando el presidente Mauricio Macri firmó el decreto autorizando a CTS Auto SA -la pata local de la china BYD- a funcionar como terminal automotriz radicada, hubo sorpresa en el sector porque poco se sabía hasta ese momento de la compañía. Una de las principales incógnitas era dónde instalaría la planta, que demandará una inversión de al menos 100 millones de dólares.
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