Pamela comenzó con la venta de chipa congelado, como un medio para financiar las vacaciones de invierno de ella y su hija. Luego de una serie de imprevistos económicos, comenzó a vender regularmente desde su casa. Con la llegada de la pandemia los pedidos aumentaron exponencialmente ya que la gente comenzó a consumir con más regularidad productos congelados.
Pamela trabajaba sola desde su casa con la producción, por lo que tuvo que comprar una máquina y un freezer para poder responder la gran demanda de su producto.
“A todo el que tuvo covid en resistencia le lleve chipa” nos cuenta risueña.
Con el fin de las restricciones surgió la oportunidad de un local a la calle para la comercialización de sus productos, en enero de 2022 abrió el local donde se encuentra actualmente (Brown 148), esto trajo aparejado la venta de los chipas horneados.
Hoy su producción no solo es para la venta en el local, sino que vende su producto congelado como mayorista a varios locales de la ciudad (Vitalser, Orgánicamente, La Riva, entre otros), para lo cual invirtió en un freezer que congela 20Kg de chipa por hora.
En el emprendimiento trabajan cuatro mujeres, Pamela en la compra de materia prima y la logística mayorista, en la atención al público una persona y en la producción las otras dos.
En este momento se encuentra gestionando los trámites con Bromatología, como así también con el gobierno provincial para poder ser calificado como producto local y llegar a vender en todos los supermercados de la provincia. Su producto es 100% libre de gluten.